Fotos del Museo del Romanticismo en Madrid
El Museo Romántico es un museo español estatal, situado la calle de San Mateo, en el barrio de Justicia del distrito Centro de Madrid. Su sede se encuentra en el antiguo palacio del marqués de Matallana, edificio de trazas clasicistas que construyo Manuel Rodríguez García en 1776.
Benigno de la Vega-Inclán y Flaquer, II Marqués de la Vega-Inclán (1858-1942), fundó el museo y lo donó al Estado en 1921. La inauguración del Museo tuvo lugar en el año 1924. Conserva una importante colección de objetos históricos y artísticos de la vida cotidiana y las costumbres del siglo XIX, con la estética del Romanticismo. En 2009 se produce su reapertura, bajo la nueva denominación de Museo de Romanticismo.
El romanticismo es un movimiento artístico y literario que se implantó en Europa a principios del siglo XIX, aunque sus características y cronología varían de un país a otro. En España tuvo auge desde 1840.
Pintura y Escultura
La colección de pintura del museo, contiene obras de artistas que se consideran precedentes del movimiento romántico, como Francisco de Goya, con el cuadro San Gregorio Magno; pertenecía a un grupo de cuatro pinturas sobre santos, del cual un San Jerónimo se conserva en el Museo Norton Simon de Pasadena, José Aparicio Inglada o Vicente López Portaña.
En el segundo tercio del siglo XIX, afloran las ideas del Romanticismo. En temática del paisaje, en el que se encuadra el orientalismo, destacan artistas como: Carlos de Haes, Jenaro Pérez Villaamil, Luis Rigalt o José Elbo. Sobre el costumbrismo cuenta con amplia representación de artistas madrileños y andaluces.
El género de la pintura sobre la historia, está presente en obras de los episodios que tuvieron lugar en la época. En el retrato destacan autores como Federico de Madrazo, con un Retrato de Isabel II; Carlos Luis de Ribera y Antonio María Esquivel.
Autores como Valeriano Domínguez Bécquer, José Gutiérrez de la Vega o Leonardo Alenza, con la Sátira del suicidio romántico, es una de las pinturas icónicas del Romanticismo; un retrato del político Godoy, pintado por Antonio Carnicero.
El Museo adquirió en 2017 la Virgen del jilguero, obra maestra del pintor español Rafael Tegeo, lo que derivó en su primera monográfica entre 2018 y 2019.
Vestíbulo Sala I
El vestíbulo era la estancia que daba acceso a la planta noble del palacio, destinada a la recepción de invitados y al uso de la familia.
Antesalón Sala III
La sala III, primer antesalón, es la zona pública de la casa anexa al salón de baile. Se utilizaba para que los asistentes descansaran o para reuniones más íntimas. La temática de las piezas que decoran esta sala se relaciona con los antecedentes históricos del reinado de Isabel II.
Salón de Baile Sala IV
El salón de baile era la pieza más importante de las residencias de la alta burguesía. Como espacio de carácter público, donde también se realizaban reuniones y conciertos, la decoración estaba cuidada al máximo.
El enfoque temático de esta sala se centra en el retrato, el género más practicado por los pintores españoles durante este periodo.
Sala VII
La ambientación de esta sala, decorada con mobiliario popular, se centra en el costumbrismo andaluz. El costumbrismo andaluz gozó de gran aceptación en el siglo XIX por su acercamiento a la realidad de manera idealizada y amable, exaltando a su vez lo popular y lo folclórico como verdadera esencia del pueblo llano.
Sala VIII
En la sala VIII, se encuentra una selección de obras de temática costumbrista, tanto pinturas como estampas, realizadas por pintores románticos de la escuela madrileña. Sus principales representantes, Eugenio Lucas, Francisco Lameyer y Leonardo Alenza, influidos por la obra de Goya, aportan una visión crítica de la sociedad y sus costumbres.
Salita IX
Esta salita está dedicada a la pintura de paisaje, género que adquiere gran protagonismo en esta corriente artística. Las casas burguesas tenían una sala de confianza o salita para recibir visitas, uno de los rituales sociales más importantes de la clase media acomodada. La salita se utilizaba como una estancia reservada para el esparcimiento de la familia.
Mobiliario y elementos de higiene Sala X
La salita IX se comunica con el comedor a través de este pasillo, la sala X, sin funcionalidad propia, y se ha aprovechado para continuar con el género del paisaje de la sala anterior. En las vitrinas se exhiben mobiliario y elementos de higiene, aseo y arreglo personal.
Comedor Sala XI
El comedor fue una sala de gran importancia en los palacios del siglo XIX, ya que en este periodo se generalizó como estancia independiente, ubicándose normalmente en la zona interior de la vivienda. Su aparición se relaciona con las nuevas costumbres gastronómicas y sociales. Tenía un doble uso, como centro de la vida familiar y como espacio para recibir invitados.
En él destaca el conjunto de porcelana y cerámica, de diversa procedencia; de origen español encontramos objetos procedentes de Sargadelos, La Cartuja, Cartagena o Valdemorillo. De origen extranjero son las piezas inglesas o las porcelanas de París, Sèvres o Meissen. Asimismo, destaca el conjunto de barros andaluces y murcianos.
Juego de Niños Sala XIV
Las habitaciones infantiles hacían a la vez de dormitorio y de sala de juegos, este último aspecto se refleja en esta sala.
En el siglo XIX, se produce un cambio en el concepto de infancia que implica que se reconozca la importancia del juego en la educación de los hijos. Cercanas a las habitaciones femeninas, se alejaban de las estancias más ruidosas como salones o comedores.
Boudoir Sala XV
De entre las estancias femeninas de una casa del siglo XIX, destaca el boudoir o parlour, espacio de uso exclusivo de la mujer e imprescindible para toda dama elegante, al que podía retirarse a leer, escribir, coser o recibir de manera informal a sus visitas más íntimas.
Dormitorios en Salas XVI y XXI
En esta época, los matrimonios solían dormir en estancias independientes, costumbre habitual en las viviendas acomodadas desde la Edad Moderna y que fue desapareciendo a medida que avanzó el siglo XIX.
En su dormitorio cada cónyuge realizaba actividades relacionadas con los roles marcadamente diferenciados que la sociedad les atribuía y que se ilustran a través de las piezas expuestas.
El dormitorio masculino tiene una decoración más sobria. Destacan los objetos de uso íntimo y las representaciones de algunos tipos característicos de la época.
Literatura y Teatro Sala XVIII
La sala XVIII, dedicada a la literatura y el teatro, nos acerca al ambiente cultural del Romanticismo, una de cuyas características será la ruptura de barreras entre las artes y las relaciones e influencias mutuas entre artistas.
A través de sus retratos, conocemos a los principales literatos del momento y las figuras más destacadas de los escenarios del siglo XIX, ya que el teatro será una de las principales manifestaciones artísticas de esta época.
Gabinete Sala XX
Entre las dependencias masculinas del palacio, está el gabinete, espacio en el que se recibía a las visitas más íntimas del señor de la casa.
En la sala se muestra una galería de autorretratos y retratos de artistas y sus familias, que ponen de manifiesto la importancia que cobra en este momento el género del retrato y la nueva concepción del artista como genio y al mismo tiempo individuo.
Despacho Sala XXII
Esta sala es un espacio de trabajo, fundamental en las casas de la burguesía. Con la mesa de despacho, desde donde controlar la pujante economía familiar; con una chimenea y, en ocasiones, poseía una biblioteca.
En la sala se exponen retratos prototipo del hombre burgués del momento: militares, banqueros, hombres de negocios hechos a sí mismos. Algunos de ellos fueron coleccionistas de arte, y con estos retratos adornaban sus casas a la vez que consolidaban su recién adquirido estatus económico y social.
Sala XIX del Fumador – Sala XXIII de Billar
El fumador o fumoir era una estancia privada de uso masculino donde los hombres podían conversar, leer, descansar y disfrutar del tabaco en una atmósfera de confort y con una decoración generalmente inspirada en el mundo oriental. El enfoque temático de la sala nos acerca a la pintura orientalista.
La sala de billar es un espacio característico de la sociabilidad masculina dentro de las viviendas acomodadas. Por lo general, se situaba cerca de los salones públicos y del comedor, ya que se consideraba que jugar tras la comida ayudaba a digerir mejor los alimentos.
Las obras en exhibición constituyen una completa galería de retratos femeninos que, aunque no se trata de una temática específica para este tipo de salas, nos permite apreciar la evolución de las modas del peinado y del vestir de las damas románticas.